El pensamiento es una capacidad fundamental para los humanos, es la capacidad de formar ideas y representaciones de la realidad, en la mente, lo que relacionándose entre sí, nos permite analizar situaciones, identificar sus posibles causas, así como evaluar y ponderar alternativas, intentando elegir la mejor solución de una manera lógica y razonada. A través del pensamiento, fundamentamos el aprendizaje, la comprensión , la abstracción de conceptos y la generación de nuevas ideas.
Pensar nos ayuda a examinar información, considerar sus consecuencias y hacer elecciones informadas, que se fundamenten en la vida cotidiana. Fomenta un pensamiento lógico y crítico, necesario para poder desenvolvernos en la vida personal y social. Nos permite a través de la comprensión del lenguaje codificar y comunicar ideas, conceptos y experiencias de manera apropiada y entendible para nuestro entorno. Hace posible reflexionar sobre nosotros mismos, nuestro lugar en el universo , sobre nuestros propios procesos mentales (metacognición), emociones y experiencias, llevándonos a crecer y mejorar como especie, y por último nos permite adaptarnos al entorno, superando cualquier incertidumbre.
La lectura desempeña un papel crucial en el desarrollo y enriquecimiento del pensamiento, especialmente lo qué se refiere a la comprensión y crítica, es el punto de inicio para que el individuo pueda entender y evaluar la información, cuestionar hechos, identificar conclusiones erróneas y llegar a respuestas bien fundadas. Da al lector la oportunidad de conocer nuevas ideas, conceptos, y estructuras lingüísticas, lo que enriquece el material con el que el pensamiento funciona. La lectura mantiene el cerebro activo al conectar áreas como la memoria semántica, asociativa y ejecutiva, y potencia capacidades como la observación, la atención y la concentración, fundamentales estas, para el desarrollo cerebral estableciendo así un ciclo de pensamiento, comprensión y aprendizaje. Mejora la capacidad de expresión oral y escrita, haciendo el lenguaje más brillante y fluido, brindando mayor facilidad para exponer el propio pensamiento. El lenguaje es un instrumento fundamental para el pensamiento.
La lectura alimenta la inspiración y la creatividad, permite conectarse y empatizar con otras personas , lo que amplía la perspectiva y la capacidad de generar ideas y novedosos conceptos. El simple acto de leer implica decodificación de signos y mensajes y lo más importante, comprensión, que es en sí mismo un ejercicio de pensamiento. El lector construye un significado a partir del texto mediante un proceso de elaboración cognitiva, lo confronta a sus propias ideas y formula su propia opinión sobre lo que consideraba y como la lectura ha mejorado o cambiado esas ideas.
El presente de una sociedad que rechaza el pensamiento y la lectura afecta la capacidad de leer críticamente y analizar información, algo fundamental para la participación democrática, haciéndonos una sociedad más vulnerable a la desinformación (fake news), la manipulación, y a la aceptación acrítica de narrativas falsas la mayoría de veces. A nivel individual como colectivo, la falta de pensamiento crítico lleva a tomar decisiones sin ponderar de forma correcta, argumentos, evaluar fuentes y datos o considerar la búsqueda de otras alternativas, lo que resulta en menor bienestar y progreso social.
Leer, especialmente literatura, estimula la toma de perspectiva y la empatía al exponer al lector a diversas realidades y complejidades emocionales. Rechazar esto deriva en una menor capacidad para comprender y dialogar con otros y aceptar o comprender las diferencias. El pensamiento crítico es esencial para cuestionar el estado de cosas y proponer nuevas soluciones. Una sociedad que no fomenta la habilidad de pensar, es de por sí menos creativa y menos capaz de adaptarse a los retos y desafíos. Es materialmente imposible la construcción de un diálogo social sano, basado en argumentos y evidencias, al perderse la capacidad de argumentar y de establecer inferencias complejas.
Como ha señalado Margaret Atwood (entre otras cosas, poetisa, novelista y crítica de literatura), "si no hay lectores y escritores jóvenes, dentro de poco no los habrá viejos. La cultura de la palabra escrita habrá muerto, y con ella la democracia". Una población que no puede discernir o cuestionar es menos capaz de entender, asimilar y poner en práctica una escala de valores, entre ellos,la libertad, la empatía, el respeto, la solidaridad y en últimas la democracia que aunque no es en sí un valor, se nutre de muchos de ellos.
En la era digital, donde la Inteligencia Artificial asume tareas rutinarias, el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de resolver problemas complejos se vuelven habilidades humanas de mayor valor e irreemplazables. Una sociedad sin estas capacidades tendrá una economía menos dinámica y una precaria competitividad por los empleos. Investigar, generar nuevo conocimiento y preservar el acervo cultural se verán comprometidos si se rechazan la lectura y el pensamiento, fundamentales vehículos para realizar estas tareas. Sin estas habilidades el futuro puede significar una dependencia absoluta de tecnologías (incluyendo la IA) sin la capacidad de entender sus implicaciones, aceptando pasivamente lo que la tecnología o quienes la controlan nos ofrezcan.
Tenemos aquí un panorama, una reflexión y contraste, del porqué mientras los planes de estudio de la mayoría de instituciones educativas en, sobre todo el tercer mundo, no se fomenta el pensamiento crítico y la lectura, mientras que en los países desarrollados, es totalmente al contrario, los Guru's de la tecnología educan a sus jóvenes, inculcandoles el valor de pensar y lo fomentan a través de la lectura, con metodologías menos dependientes de teléfonos celulares y más fundamentadas en el desarrollo y fortalecimiento de las propias capacidades neuronales. Tan es así y para ilustrar nuestro punto, la inteligencia artificial no es más que un modelo de aprendizaje, basado en nuestros cerebros, nuestros pensamientos y la forma de cómo llegamos a ellos. Pensar un poco más quizás sería una buena idea, aunque el sistema nos empuje cada día a hacerlo menos, condenandonos a la servidumbre perpetua , la nuestra y la de nuestros descendientes.
Y usted qué opina?
MACH