Asunto de Estado.
Las autoridades hondureñas y los líderes de este país de miseria no dejan de sorprenderme nunca. En las últimas 2 semanas en la discusión pública no se ha hablado más que del concierto de Ricky Martin, en Honduras. Pero normal es que se hable de eso y que mantenga ocupado al vulgo por el morbo que provoca el hecho de que este señor engaño por muchos años a sus seguidores, escondiendo su preferencia sexual sobre su mismo sexo. Y es natural que a este nivel se escuchen opiniones en todos los sentidos, sobre el comportamiento del sujeto en cuestión, y de que si estuvo mal o no su actuación en lo que a su vida privada se refiere. Algunos opinan que los artistas no tienen vida privada, y que por tanto lo hecho es imperdonable. Otros que no les importa, que canta bien y eso es lo que cuenta. De que los simples mortales discutan sobre temas de este calibre, diría yo que es normal, pero que en las altas esferas del estado y del “liderazgo” religioso se haya tomado tiempo para discutir si se