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sábado, 29 de octubre de 2011

Donde estan los policias buenos?

Cada vez que aparecen policías mezclados con actos delictivos, cosa común por cierto, de inmediato escuchamos que aparecen los periodistas en su mayoría, a decir que son hechos aislados, que no toda la policía esta podrida, que son unos pocos los malos y en general tratan de vendernos la idea de que la situación esta bajo control y se puede resolver.

Con el reciente escándalo, que señala a policías en activo como los asesinos de el hijo de la señora rectora de la UNAH y un amigo de este, ha vuelto al tapete de discusión, de donde nunca se debería quitar, si nuestra policía es un apéndice del crimen organizado, o si como dicen los defensores de esta organización, todo esta bajo control.

En principio es muy difícil y lo digo por experiencia, encontrar personas en el entorno, que tengan una opinión positiva de la policía. Encontrar quien confié en la policía es mucho más difícil, yo diría casi imposible.

En mi adolescencia en nuestra amada San Pedro Sula, recuerdo que los jóvenes nos cuidábamos de la policía, ya que sin importar las circunstancias, si lo encontraban en la calle y no habían cubierto la cuota de detenidos para cobrar la multa y reunir la tarifa que les imponía el jefe, lo llevaban al mamo; hoy en día de nuevo nos tenemos que cuidar de los policías, por que claramente son delincuentes uniformados, que lejos de proteger a la sociedad, la atemorizan.

Pero esa mala percepción, es posible que fuera antojadiza, o es la realidad, analicémoslo. No se si será por mala suerte, pero aun cuando he visto cuando capturan a personas, pero yo jamás, léase bien, jamás he visto o escuchado que los policías le informen de sus derechos a las personas que detienen. Personas en estado de ebriedad, que no presentan ninguna oposición, son golpeadas, vejados y tratados como bultos, por los que tienen la obligación, por que para eso se les paga, de protegerlos.

Si son los policías de Transito, estos son igual o mas de abusivos con las personas. Recuerdo que hace un par de años, por poco voy a parar a una celda, por discutir con un policía por un registro que quería hacer de mi vehículo. El policía en cuestión, recuerdo me dijo “bájese del carro, que vamos a registrarlo”, a lo que le respondí que yo no autorizaba el registro, por que para hacerlo el tenia la obligación de solicitar mi permiso, y que si lo hacia contra mi voluntad, cometería un delito por el cual yo lo acusaría ante la autoridad pertinente.

Sumamente molesto, a punto de caerme a patadas, se llevo mis documentos y  fue a hablar con el que estaba a cargo del operativo, el que de inmediato seme vino encima, y me dijo “que es lo que llevas allí que no queres dejar registrar el carro”, a lo que le respondí que en principio me tratara con respeto por que yo no era su hermano ni su subalterno. Le explique, que de ninguna manera me estaba oponiendo a un registro de mi vehículo, pero que ese hecho pasaba por que se me pidiera la autorización para ello.

Me amenazo con llevarme detenido, a lo que conteste que la detención iba a ser ilegal y que me informara por que delito me iba a detener. Le pedí que me entregara los documentos para irme o que me detuviera. En ese punto llame a un procurador de DDHH que conozco. Al ver que estaba llamando y explicando lo que pasaba, se me acerco, el primer policía, el que empezó todo el asunto y me entrego los documentos diciéndome “por hoy te la perdono”. Oigan bien, te la perdono.

Y si son los policías de investigación, los de la DGIC son iguales o peores. Se les ve al igual que los de la policía preventiva en los lugares donde se venden drogas, donde hay criminales , donde deshuesan carros y en general donde uno esperaría verlos capturando gente, pero por el contrario se saludan efusivamente, se abrazan se protegen y comparten.

Cuando les toca disolver una marcha, manifestación o lo que sea, golpean a la gente con saña, con odio, con un desprecio irracional de la vida y de los derechos de los demás, que por lo menos a mi me es imposible de entender.

Y nada causa más terror a la gente, que encontrarse en un lugar cualquiera de la carretera con un operativo, de esos, que ilegalmente montan los policías por todos lados. Uno no sabe si los que están allí, están para protegerlo o para asaltarlo, puesto que lo primero es la función de la policía, y lo segundo es a lo que se dedican la mayoría de ellos, y uno se confunde.

Y por ultimo hoy ya es común que al aparecer personas asesinadas en las calles, en una buena parte de estas muertes hay policías implicados. Eliminación de opositores políticos, de criminales e incluso asesinatos por encargo. No, si están completos…

Y bajo estos antecedentes, como es posible decir que solo son unos pocos los malos, será que todos los hondureños estamos tan salados, pero tan salados, que siempre nos topamos con los poquitos malos y a los buenos policías no los vemos por ningún lado.

Por eso es imposible creer el cuento de los defensores del status quo , la policía hay que reconocerlo esta podrida en su totalidad , y esto solo se arregla , removiéndolos a todos , absolutamente a todos , y nombrando nueva gente ,bajo un proceso de escogencia si se quiere , llevado a cabo ,por personas ajenas al país , para evitar que los criminales los chantajeen.

De lo contrario, seguiremos en manos de los delincuentes.

MACH
29.10.11


jueves, 27 de octubre de 2011

Baratijas a cambio de oro

Ha provocado en el país un cumulo de reacciones la supuesta presentación de un libro escrito por el español Ricardo Angoso, al que decidió llamarle “Chávez perdió, Honduras se salvo”.

No acostumbro publicitar trabajos de nadie, ya sea calificándolos de buenos o malos sin antes haberlos leído, sin embargo en esta oportunidad me voy a referir no al libro sino a lo declarado por el periodista español en cuestión, Ricardo Angoso.

En principio diré que una persona que no conoce la realidad de nuestro país, difícilmente puede emitir opiniones sobre los hechos antes durante y después del golpe de estado. Para emitir su informe la Comisión de la Verdad tomo mas de un año de convivir prácticamente con los eventos, lo que determino que el resultado fuera mas acorde a la realidad hondureña.

Por esta razón es que me cuesta entender como este ciudadano puede decir que Honduras se salvo y de que se salvo. En Honduras la miseria golpea la cara en cada esquina, la impunidad campea por todos lados, la corrupción es indetenible, y el avance del crimen organizado en la consolidación del poder civil y militar es una realidad inequívoca. Uno creería que si de algo hay que salvarse, seria de estas cosas.

Me cuesta entender como este ciudadano sostiene que Manuel Zelaya se quería quedar en el poder, aun sin que este lo haya dicho públicamente. Asumo que el señor Angoso no esta entre los íntimos de Zelaya, para que aquel le revelara que quería quedarse en el poder. Comete el señor Angoso el primer pecado del escritor histórico, especula, miente.

Me cuesta creer que el periodista Angoso, pueda afirmar que una vorágine de ilegalidades y de delitos todavía impunes, pudo salvar al país. A un país lo salva el respeto de sus leyes y el cumplimiento de ellas mismas. Pero el asalto al poder y la traición a la patria en que la podrían salvar? De nuevo comete otro pecado del escritor histórico, acomoda los hechos, para el lado que a el le conviene, o a los que le pagan.

Y mas me cuesta creer que a la pagina mas negra de la historia reciente de Honduras, este caballero la llame gesta heroica, salvadora y digna de agradecimiento por parte de los hondureños.

No me cabe duda que necesitamos líderes que nos salven, ¿pero de que? Bueno de tantos crímenes en las calles, de tanta corrupción, de tantos negocios amañados, de la violación de la ley, de tanta impunidad, del irrespeto a los derechos humanos, de la miseria atroz que nos consume.

Pero mas allá necesitamos que nos salven delos malos hijos de esta patria, de los que por su ambición malsana no les importa el daño que le hicieron al pueblo nuestro, que por llegar a ser presidente, después de ser repudiado por su partido político, emprendió la aventura de ser el líder del golpe de estado, por el que al final de todo, no logro lo que tanto deseaba, entrar a la historia de Honduras como uno de sus presidentes. No.

Contrario a esto, se volvió el sujeto mas despreciado de Honduras (solo mejoro un poco, antes ya era despreciable), quedo como lo que es, un canalla, un arribista, un estúpido ambicioso, bufón, del que a sus espaldas, sus mismos ayudantes se reían, por que solo el se creyó que fue presidente.

Y por último necesitamos que nos salven, de conquistadores con pluma asalariada, que creen que en Honduras siguen  viviendo nuestros antepasados, a los que los conquistadores engañaron cambiándole baratijas por oro, en un negocio ventajista que solo les convenía a ellos.

Existe una sola verdad, cierta, infalible, histórica, en Honduras, en el año 2009, un asaltante con su banda de delincuentes propiciaron y efectuaron un golpe de estado en contra del presidente legitimo del país, en un acto repudiable , criminal , que acarrea responsabilidad penal, y que la deducción de esa responsabilidad es aun una materia pendiente.

Por lo pronto debido a las  inexactitudes de lo expresado por el señor Angoso, su libro es un buen ejemplo de ciencia ficción, de pluma asalariada comparable con algunas del patio, nada veraz y esta  demás decir que  es, tratar de cambiar baratijas por oro.

MACH
27.10.11

martes, 25 de octubre de 2011

El Poder del Consumidor.

En Honduras se nos ha hecho creer que los consumidores solo somos una parte de la función de la economía, a quienes nos compete únicamente el papel de consumir lo que otros producen. Pero en la práctica esa es otra mentira de las muchas que nos meten  a cada rato, por los medios de comunicación que alienan permanentemente  a nuestro pueblo.

El poder del consumidor es casi infinito. Los consumidores somos el motor de la economía, somos los que determinamos  que empresas crecen, quienes se mantienen, quienes triunfan y quienes fracasan. Somos los generadores de desarrollo, contrario a lo dicho por las gargantas del sistema que dicen que el motor de la economía son los empresarios.

Siempre habrá alguien dispuesto a producir bienes y servicios, pero la parte trascendental del proceso es que haya consumidores dispuestos a comprarlos. Pero a propósito no nos dan ese lugar de preponderancia, debido a que reconocer esto seria, reconocer que tenemos un poder ilimitado en nuestros hábitos de consumo.

Hoy en día que cada vez  más se nos niegan nuestros derechos  por los gobernantes y autoridades que solo responden a los grupos de poder, es cuando  debemos empezar a hacer valer este poder que tenemos en las manos.

No sé si recuerdan que hace no mucho en Estados Unidos los hispanos, hicieron una protesta de un día sin consumir, para hacerle sentir al gobierno de cuál es el verdadero poder de los consumidores hispanos. Tembló Estados Unidos cuando varios millones de consumidores dejaron de comprar.

Y que pasaría en Honduras si nos uniéramos y dejáramos de consumir por una semana , los productos o servicios que nos venden todos los que nos tienen sumidos en la crisis permanente, los que propiciaron el golpe de estado, los que pagan las bombas lacrimógenas. Y nuestros familiares en Estados Unidos y en España, que no enviaran sus remesas a través de los bancos que financiaron el golpe de estado.

Si fuésemos solidarios, podríamos emprender una cruzada de apoyo a las luchas sociales de los hondureños que ansiamos una sociedad más justa y una distribución más equitativa de la riqueza.

Tengamos en cuenta que así como tenemos el poder de decidir quién vende y quien no, así también tenemos el poder de decidir que compramos o no, o sea que si recibimos pésimos bienes y servicios y los seguimos comprando, nosotros mismos estamos cediendo nuestro poder para que nos sigan tratando como la parte menos importante de la cadena económica.

En el universo capitalista es sumamente difícil enfrentarse a los poderes de los que venden ya que estos están protegidos por el sistema, para el que no importa lo que nosotros queremos o pensamos, sino solo el hecho de enriquecer a los de arriba a costa de los de abajo, de nosotros. Por eso a excepción de algunos  países, USA, España, Francia, Italia y un par mas donde los consumidores si son respetados, en los demás no hay ningún respeto. Honduras es uno de los peores casos, ya que aunque existen leyes (En Honduras hay leyes para todo), nadie las respeta. Los proveedores de bienes no garantizan lo que venden, y por si acaso las garantías se contraen a reparar lo que le vendieron, como si usted comprara bienes usados. Y si es en cuanto a servicios es peor aun. Le cobran por el servicio que usted no recibe, dis que por que está en el contrato. Pero nada que sea ilegal se vuelve legal por estar en un contrato, Sin embargo la complicidad de las autoridades permite que esto ocurra.

Pero más allá de las autoridades, lo que permite que estos abusos ocurran es nada más y nada menos que la poca solidaridad de los hondureños con nosotros mismos. Para ejemplo, si la compañía de televisión por cable da un mal servicio y reclamamos en bloque, seguro harán lo necesario para mejorar, pero si vamos uno a uno es posible que nos echen a patadas o se burlen de nosotros.

Conciencia de clase, es lo que hace falta, un poco de pertenencia.
Saludos.

MACH
25.10.11

Cosas que fueron importantes.

  Crecí en una pequeña aldea, un lugar rural, a una distancia de unos 5 kilómetros de la ciudad más cercana, pequeña también, y a unos 25 ki...