Empezaré hablando del respeto. El respeto era una cualidad inherente a los seres humanos. Era obligatorio saludar respetuosamente, a los padres, maestros , familiares , visitantes , padrinos y en general a toda persona con la que te cruzaras en el transcurso del día. Lo dicho por alguien de edad mayor a la nuestra, (padres , hermanos, tíos, abuelos) no debía discutirse, no se podía hacer, no estaba permitido. Al entrar, al salir, al sentarse a la mesa, al levantarse, al querer intervenir en una conversación, era obligatorio hacerlo con respeto hacia los demás. Lo que se aprendía en la escuela era asunto privativo de los planes gubernamentales y de cómo los maestros los ponían en marcha. Ni los maestros preguntaban a los padres, cómo y qué enseñar, ni los padres tenían preocupación alguna que aquello ocurriera. Cada uno cumplía su rol, cada uno respetaba el lugar del otro. Esto es algo que dejó de ser importante.
En mi niñez y aún en mi adolescencia, el principio de autoridad estaba muy arraigado en la cotidianeidad, de tal forma, unido al respeto. La autoridad era vertical, indiscutible. Quienes detentaban la autoridad eran respetados y en ningún momento ese privilegio podía ser violado. En lo familiar la primera autoridad era mi padre , seguido de mi madre, luego hermanos mayores, tíos etc (mis abuelos fallecieron antes de alcanzar, yo, los cinco años de edad). En la escuela, la autoridad de los maestros, era también inviolable, aun los padres no se atrevian a desafiarla. En las calles los adultos estaban autorizados a ejercer autoridad suficiente como para dar órdenes que debían cumplirse, en tanto no contravinieran lo estipulado por las otras autoridades principales. El fundamento, era básicamente el respeto, inculcado en el hogar. Esto dejó de ser importante.
Existia algo que se llamaba solidaridad. El mal de uno era el mal de todos, y la abundancia de unos , al igual, la de todos. Las personas se ocupaban mas de lo colectivo que de lo individual. Derivado de esto se consideraba de suma importancia, que todos , estuviéramos lo mejor que fuese posible. Permanentemente los miembros de la comunidad, estaban prestos a socorrer a cualquiera en desgracia. Un vaso de agua y un plato de comida, no se niega a nadie, decian los mayores. Y no es que la abundancia era tal que permitia ser bondadoso con lo que sobraba, no sobraba, sencillamente es que en las mentes de aquellos seres humanos, compartir lo poco o mucho que se tenia, era un privilegio. Eramos empaticos, a muy pocos interesaba mostrarse tener mas que a los demas, gentes humildes, viviendo felices con lo que tenían, aspirando a mas, pero sin sufrir por lo que no se tenia, sino mas bien alegres, por tener y disfrutar lo que bien se tenia. De alli que no habiendo esa ambición desmedida que hoy guia a las generaciones presentes, despojados del consumismo y el deseo irrefrenable por tener mas, cada dia, los niveles de delincuencia eran minimos. No tenia sentido el apropiarse de lo ajeno, si la generosidad de las personas dentro de la comuna, compensaba con creces, cualquiera cosa que alguien obtuviera de manera criminal. Los miembros de la comunidad colaboraban en todo y con todos , la mayoría de veces. Siempre habían brazos de sobra, para ayudar a reparar la casa, el cerco, la iglesia y otras cosas del vecindario. El suplir de agua a los hogares era una tarea de todos, y generalmente las carestías y los desastres eran enfrentados por todos, hechos un nudo, lo individual a un lado, lo colectivo siempre primero.
Para los menores, aprender era una obligación. No había excusa posible, para evadir la asistencia a la escuela, aun cuando asistíamos a clases mañana y tarde , y en los ratos libres , debíamos colaborar con las actividades de la casa. Las jóvenes ayudaban a las madres en las tareas del hogar, los jóvenes debíamos acarrear leña y colaborar con nuestro padre en las otras actividades necesarias para el buen funcionamiento. La única forma conocida para salir de la pobreza y conseguir vivir un poco mejor, era a través del estudio y el trabajo, y eso estaba muy claro. La vagancia no era bien vista, casi diría, que quienes pasaban sus días holgando, eran vistos con desprecio. En la escuela, se asignaban tareas para casa, las que eran de obligación ineludible, so pena , de una buena desempolvada de nalgas, con una regla que hacía las delicias de cualquier trasero. Los padres no hacían los deberes de los hijos, no sobornaban a los maestros, porque estos eran insobornables, y una grave falta de respeto como esta no era tolerada.
El mayor activo de las personas por aquellos tiempos era tener un nombre respetable, que fuese sinónimo de honradez, integridad, honestidad y respeto, claro está que unido esto a otro cúmulo de valores, que hacían de las personas, seres dignos de ser respetados. Los principios, valores y la educación ,se enseñaban en casa, la moral y la religión en la iglesia, las letras y el conocimiento en la escuela. Eran tres instituciones que moldeaban las generaciones , la familia, la escuela, la iglesia. Todas funcionaban al unísono, sin que ninguna incursionara en el campo ajeno, contrario a lo que hoy ocurre, donde los padres de familia y religiosos, osan decidir que si o no se enseña en las escuelas. Aunque pueda parecer que lo descrito es pura fantasia, o algun soliloquio de una mente desvelada o muriendo en la añoranza, esto funcionaba, hace unas cuantas decadas, por lo que es mas dificil entender como es que pasamos de una manera de asi vivir, a vivir como lo hacemos hoy. Y no pretendo repetir la frase aquella, “todo lo de ayer fue mejor”, que tan cansada se vuelve para la juventud nuestra, solo he querido reflexionar sobre tiempos en los que se vivia, crecia y envejecia de una forma diferente. Es menester agregar que el resultado, nada mas o menos que , nuestra sociedad actual, es la consecuencia de haber cambiado esta estructura formativa educacional, por una donde el respeto, el principio de autoridad y los roles de cada uno, se echaron de lado para sucederlos con la actual estructura, en la cual ya no es definido, quien o que se enseña a los aprendices. Sobre lo demas queda para nuestro querido lector, dejar sus opiniones, sobre si lo actual es mejor o no.
Y usted que opina…