Maravillados
Nunca había ocurrido, por eso fue tan demoledor e impactante. En la tierra del Tío Sam, jamás un “presidente”, de ningún país, se presento a mostrar las cifras de su país, de manera tan demoledora, que los funcionarios norteamericanos, se quedaron atónitos, maravillados y encantados (aclaro, no como los príncipes y princesas de cuento, sino mas bien fascinados): Fue tal la conmoción causada que los funcionarios norteamericanos se quedaron sin palabras, no podían dar crédito a tanta maravilla, y por ende no encontraron que decirnos. Pero, este impasse no los privo de decirle a Juan Hernández, lo que querían que nos trasmitiera a su nombre, ya que ellos quedaron con los maxilares trabados y por tanto fueron incapaces de pronunciarse por su propia voz, sobre las maravillas que tenían enfrente, develadas por el señor Hernández. A veces ocurre que ante un hecho tan fantástico y sorpresivo, uno abre la boca tanto que puede ocurrir un entuerto maxilofacial. El vicepresidente Mike Pen