Una niña de 13 años, Soad Nicole
Ham Bustillo, se atrevió a, en un micrófono y frente a la cámara de una
televisora, a señalarle al dictador, que no se resuelven los reclamos sociales
con policías, con bombas lacrimógenas, con balas. Tuvo el atrevimiento de reclamarle,
que se hiciera presente a resolver los problemas de los estudiantes que ahora
reclaman, pupitres, mejoras en las escuelas y todo aquello a lo que el estado está
obligado constitucionalmente. Reclamaba Soad , que no les obligaran a salir más
tarde de sus clases, ya que ella sentía que su vida corría peligro si se extendía
la jornada de clases, apreciaba su vida y no quería ponerla en un riesgo mayor
, del que ya está para todos los hondureños. Este reclamo le costó la vida.
Mientras asistíamos horrorizados a las pantallas de los televisores en donde
nos ponían al tanto , sobre la muerte de dos dirigentes estudiantiles,
asesinados a manos de sicarios, en las cercanías del instituto en el que estudiaban, fuimos
sorprendidos por la nueva historia, una persona del sexo femenino , encontrada
envuelta en una sabana, como coloquialmente ahora le llaman “encostalada”. Unas
horas después, horrorizados recibíamos la noticia, que la fémina encontrada,
era Soad, la niña de 13 años que unas horas antes le reclamaba al dictador.
Torturada y asesinada, pago con su vida, el tributo sangriento de la lucha que
libran los estudiantes.
Habiéndose conocido de quien se
trataba, el gobierno guardo un silencio cómplice, ninguna declaración, nada.
Sus perros, gargantas asalariados, harían el trabajo. En una apología indecente
del odio, escuchamos a un “periodista”, aquel que después del golpe de estado apareció
dueño de un canal de televisión, ese que todas las mañanas se patea el pecho,
gritando que es “cristiano”, el que le exigió a Zelaya seguir adelante con la
cuarta urna, ese que después parodiando al traidor de Jerusalén, le regalo al ex
presidente el beso de Judas, pues este inmoral, califico a los estudiantes de
vagos, y le dio a los padres una charla de lo que deben hacer con sus hijos,
entre lo que incluyo ,el no permitirles que protesten.
La bajeza moral y espiritual de
algunos seres en este país, quedo plasmada en las llamadas, a algunas
televisoras, queriendo deslindar la responsabilidad del gobierno en este
crimen, y fieles a la política de estado en aplicación, culparon a la víctima y
a sus padres. Le paso eso porque andaba en relajos, si no hubiera andado en eso
, no le habría pasado nada, justificaciones inhumanas a un hecho aberrante y
ofensivo para cualquiera persona que tenga uso de razón , y cerebro y que utilice
ambos.
Sin embargo, es más aterrador el mensaje
implícito en este abominable hecho. No se detendrán, aun se trate de quien sea.
Si hay que asesinar niños, los asesinaran. Quien se atreva a criticar, a retar
al dictador, y ose mostrarlo incapaz, inútil, fracasado, será castigado y el
castigo será la muerte.
Y la respuesta social es igual de
aterradora. En Detroit por que la policía mato a un ciudadano negro, le
prendieron fuego a la ciudad. En Honduras asesinan, cruelmente a esta niña, y
las respuestas ciudadanas siguen siendo tan tibias, que apenas se percibe que
haya alguna reacción. Una parte de la población culpan a la victima siguiendo
la costumbre oficial, otra parte hace lo de siempre ,llamar a la televisora
para dejárselo todo a Dios, y la mayoría, la gran mayoría, no hace ni dice nada
, se quedan impávidos, sin asomo alguno de sentimiento.
La respuesta de la comunidad
internacional, es igual de inhumana, de no querer ver, de ignorar paladinamente
lo que ocurre, ya que sus intereses no corran peligro. Al fin de cuentas
existen los seres humanos desechables, y los que mueren en protestas, son de
ese grupo, se puede prescindir de ellos, con la ventaja de que sus ideas no se
extiendan mas, que su voz no se escuche mas, que su semilla no logre germinar,
para que no ponga en peligro el status de los que están arriba. Estos países los
“miembros cooperantes” seguirán aportándole dinero al tirano independiente de
que mate a toda Honduras para mantenerse en el poder, y siempre y cuando no
haga peligrar los intereses económicos de los adinerados de sus respectivos países.
El baño de sangre continua, la muerte
de inocentes se volvió costumbre, la sociedad hondureña duerme plácidamente el
sueño de los justos y los autores materiales e intelectuales de esta y otras canalladas siguen impunes…
Hasta cuándo?
MACH
26.03.2015