Ricos y Miserables
Si como es lógico pensar, al leer
el título de este artículo, usted pensó que se trata de otro de esos, en que se
confronta la opulencia material con la miseria del mismo tipo, lamento decepcionarlo.
Esta vez hablaremos más de
riqueza moral, espiritual, humana, la que en el plano perfecto debe estar
asociada a todos los que tenemos el privilegio de pertenecer a esta especie, la
Raza Humana.
Hace algo menos de un mes,
escuche con asombro las declaraciones de la Doctora Elsa Palau, diciendo que al
Hospital Escuela, se van a hacer
tratamientos de diálisis, banqueros de este país.
Me sentí indignado por ese hecho,
debido sobre todo a que pienso que, quien tiene la posibilidad de pagarse un médico
privado, no debe usar los servicios públicos, debido a que de todos es sabido,
este servicio de salud, cuenta con un máximo de consultas y atenciones posibles las que en mi opinión deben ser
usadas por los menos afortunados, los que menos tienen en la bolsa.
No se trata de creerse de la High
Life, sino de ser solidario, de tener moral, de tener humanismo y aprecio a los
otros seres humanos, quienes no podrían ni aunque quisieran, acceder a
servicios privados.
Esta semana, me topé con otra declaración
de este tipo, moralmente demoledora, que causa no solo indignación, sino
estupor.
El diputado nacionalista
Francisco Rivera, coordinador de la Comisión de Finanzas del Congreso Nacional,
declara que él es, contra el bono 10 mil, y que tiene tiempo de estar
solicitando que se cancele ese programa ya que no da el resultado que se esperaría
de él.
Soy un defensor acérrimo del bono
10 mil, como una herramienta probada para generar riqueza en las comunidades,
sobre todo aquellas en las que las oportunidades son mínimas. Brasil y Bolivia
utilizaron este programa con mucho éxito, toda vez que les permitió dinamizar
las pequeñas economías de las comunidades más pobres de aquellos países.
El sentido práctico de este
programa es el de poner unos pesos en la bolsa de los menos favorecidos, para,
por un lado paliar la miseria en que viven, por el otro llevar recursos económicos
a las comunidades. Dicho más claro, el dinero debe ser invertido o gastado en
sus comunidades, favoreciendo así al de la pulpería, de la tiendita, etc., etc.
Pero entonces si el programa fue
probado, funciona y tiene muchas bondades, cual es el problema del diputado que
quiere terminar con él.
Acá viene. Relata el diputado que
el esta consciente que el bono 10 mil, no se le entrega a las personas que más
necesitan. Dice que se reparte de manera sectaria o sea con un sesgo político,
y esto que quien gobierna es su propio partido. Aclara que ya ha recibido
llamadas de miembros de su partido diciéndole que calle sobre ese asunto porque
perjudica al partido.
La parte espeluznante de lo que
el diputado nos cuenta, es que, afirma que él ha podido ver, haciendo fila para
cobrar el bono, a personas de la clase alta del país. En otras palabras a
ricos, a esos que se dan viajes, que andan en carros que parecen naves
extraterrestres. Y nos ejemplariza diciendo que, dueños de edificios en la
capital, cobran el bono 10 mil. Y nos da más, “parquean el Land Cruiser “y se
van a hacer fila, dice.
Escandalizarse por lo dicho por
la Doctora Elsa Palau, y el diputado Francisco Rivera, no tendría razón de ser.
En Honduras el robo, la defraudación, la inmoralidad y la desvergüenza es parte
de la conducta de los ricos y famosos. Recuerdo al esposo de la doctora Juliette
Handal, diciendo en una entrevista, que en Honduras, es imposible hacerse rico
honradamente.
Lo mismo van a hacerse diálisis a
los hospitales públicos, como donan dinero al teletón, el que deducen después de
su impuesto sobre la renta, o ponen botellones para recoger dinero, el que
luego entregan a cualquier causa, quedándose con el recibo a su nombre, para
deducirlo del impuesto también.
Son miles las ONG registradas con
el único propósito y resultado que defraudar, robar al estado y a su gente los
fondos que se proveen, ya sea el gobierno , o agencias de cooperación internacionales
con el propósito de mejorar la vida de todos , y que termina mejorando la de
unos pocos , y empeorando la de la colectividad.
Son crápulas, los que seguro si
ven que a usted se le cae la cartera, la recogen para robarse todo lo poco o
mucho que lleve usted en ella. Capaces de, si ven a un niño solo, comiendo un dulce,
quitárselo.
Y en conclusión son los seres más
miserables del universo, porque aun teniendo la suerte de haberse instalado en
un país de gente noble, a veces estúpida que solo agacha la cabeza., aun así no
lograron retener en su interior un poco de decencia, de moral, de humanismo.
Son miserables, hasta
despreciarse ellos mismos. Son aquellos a los que el maestro de Galilea, llamo sepulcros
blanqueados, por fuera muy olorosos, ataviados, con trajes de señores y
señoras, y por dentro, llenos de fetidez, de hedor a podredumbre, de miseria
espiritual.
Esa es la clase alta de nuestro país,
esos son los ricos y miserables.
MACH
11.07.2014
Excelente.Da gusto leer sus publicaciones.
ResponderEliminarFelicidades.
Se agradece su motivador comentario.
EliminarSaludos