A quien le importa, es un gran negocio.
Una vez más, la muerte de inmigrantes hacinados en un camión en territorio estadounidense, llena las páginas de periódicos, horas y horas de noticieros, foros, programas, reuniones, cumbres y un montón de cosas, en las que se pretende hacernos creer que, para las autoridades, y para el colectivo social, el asunto de los inmigrantes es un problema que se pretende resolver. De igual manera se nos hace creer que la colectividad entera lamenta la desgracia que viven estos seres humanos, quienes en pos de una mejoría económica dejan la seguridad de un terruño con hambre y miseria, para jugar la lotería del sueño americano. El tráfico de personas es un lucrativo negocio, despojado de cualquier empatía humana, que significa para los involucrados un torrente ilimitado de dinero. Hay varios actores principales que reciben beneficios enormes de este tráfico humano, y desde aquí tratare de ponerlos en un orden salido de mis pensamientos, que no necesariamente debería de ser el mismo orden en