De saberes sabidos hasta ignorancias ignoradas.
La
musa aparece cuando menos uno se lo espera. Hace mucho tiempo ya, no encontraba
esa inspiración necesaria para escribir sobre algún tema. Anoche ocurrió ese fenómeno,
mientras leía, un poco tarde ya de la noche, el fantástico libro, “Un Universo
de la Nada”, escrito por el físico Lawrence M. Krauss. Sin embargo, la inspiración
para escribir sobre esto no vino meramente de lo escrito por Krauss, sino mas
bien por una cita que se menciona al inicio de lo que podría ser el segundo capítulo,
atribuido a Donald Rumsfeld, asumo, el secretario de defensa de los Estados
Unidos de Norte América, en los mandatos de Gerald Ford y de George W. Bush. La
cita en cuestión dice:
Hay
saberes sabidos: son cosas que sabemos que sabemos. Hay ignorancias sabidas.
Vale decir, cosas que sabemos que ignoramos. Pero también hay ignorancias
ignoradas: son cosas que ignoramos que ignoramos. DONALD RUMSFELD
Leer
esta frase me coloco en el punto donde quise extrapolar el contenido de ella, a
las personas que conozco y a su comportamiento, con respecto al saber y al ignorar.
Así las cosas, podríamos establecer una clasificación arbitraria, donde todas
las personas, pudieran ser asociadas a una de estas categorías.
La
primera categoría, la de los “saberes sabidos”, es aquella donde se ubican la mayoría
de las personas. El tamaño del universo de estas personas, es muy pequeño.
Creen saber todo lo necesario, y tener todas las respuestas sobre ese saber
necesario. Hay sectas religiosas ´por ejemplo que exigen a sus adeptos, únicamente
encontrar respuestas en aquello que la misma religión provee, de manera que lo
que esta fuera de ese universo pequeño de saber, debe ser ignorado en cuanto no
es necesario ni básico para la existencia. Habrá que decir que estos “sabios”,
disfrutan de todos los adelantos tecnológicos que por razón de quienes no
piensan como ellos, están disponibles en la forma actual de vida. Los tontos también
son parte de esta categoría, y no me detendré a explicar por que razones. Solo diré
que quien cree que ya sabe todo lo que necesita, y tiene todas las respuestas
que necesita, es un tonto. Lastimosamente en esta categoría esta la mayor parte
de los habitantes del planeta.
En
la segunda categoría, la de las “ignorancias sabidas”, están las personas, que
reconocen que hay mucho por saber, pero que prefieren ignorar esas cosas, como
una forma de llevar una vida sin muchas complicaciones. Ignoramos cosas
elementales, las que podríamos conocer, sin embargo, preferimos, seguirlas ignorando,
de repente por que creemos que saber de esas cosas ignoradas, no tendría una contribución
real en nuestro estilo de vida, que en ultimas es lo que nos interesa. Porque enfría
los alimentos el refrigerador, sabemos que lo hace, pero decidimos ignorar como.
Y de esta misma forma, todo lo que nos rodea, existe y está allí para saber sobre
ello, pero estas personas, las de la segunda categoría, eligen pasar de alto
las “ignorancias sabidas”. La segunda cantidad mayor de personas están agrupadas
aquí.
En
la tercera categoría, la de “las ignorancias ignoradas”, cosas que existen y que
ignoramos que existen. Podría decirse que tenemos la percepción que existen,
pero no podemos decir que son, como son, y cual es su función. En esta categoría
un numero reducido de personas, que, gracias a su ignorancia, han sido los
moldeadores del mundo en que vivimos. Son estas personas, seres humanos a los
que ninguna respuesta les satisface tanto como para no pensar que después de
esa respuesta, quedan muchas mas preguntas, que hay que responder. Nuestro
viaje histórico, nos trae desde que el planeta estaba soportado por un Atlas,
luego unos elefantes, unas tortugas, el sistema geocéntrico de Ptolomeo, el
sistema heliocéntrico, y hasta 1914 aún se creía que el universo era la Vía Láctea,
la única galaxia, en la que lógicamente estamos incluidos nosotros con nuestro
pequeño planeta.
Y
fue un ignorante de la talla de Edwin Hubble, quien a través de sus estudios
sobre las cefeidas y un par de deducciones más, quien nos revelo que la Vía Láctea
no es el universo, sino que es una, entre 100000 millones de galaxias, que
forman parte del universo visible, lo que significa que el número podría ser
mayor si consideramos que aun no hemos explorado a través de los telescopios,
los confines del universo. Y fueron Aristóteles, Platón, Arquímedes, Pitágoras,
Descartes, Kepler, Bernoulli, Newton, Hubble, Einstein, Tesla, Marie Curie, Darwin,
Dawkins,Hawking, estos sujetos que, en su terrible ignorancia, reconociendo que hay
mucho mas por saber, siempre lo hay, los que se negaron a aceptar como
respuesta final, cualquiera respuesta que apareciera. No aceptaron que las
tortugas sostienen el planeta y siempre
comprendieron que hay muchas cosas que ignoramos aun sin saber que es lo que
ignoramos.
Hoy
en día, las cosas siguen igual, las mayorías tienen todas las respuestas que
necesitan, una parte significativa, entiende que hay mas respuestas, pero no están
interesados en conocer esas respuestas, y menos aún ir más allá de ellas y una pequeñísima
parte de los habitantes del planeta, nos cuestionamos todos los días, sobre las
infinitas preguntas sin respuesta que envuelve nuestra existencia. La verdad
que debe ser muy cómodo saberlo todo. La tarea de la física no es inventar
cosas que no podemos ver para explicar las cosas que podemos ver, sino
comprender cómo se puede ver lo que no podemos ver; ver lo que antes era
invisible, las «ignorancias sabidas»
¿Y
usted en que categoría se encuentra?
MACH
05.05.2022
No todos los religiosos somos fanaticos. y siento que insinua que religioso y tonto es lo mismo. O me equivoco.
ResponderEliminarMuy alejado del sentido de lo que intentó decir. Digo que todo aquel que cree que tiene todas las respuestas es un tonto. Si alguien religioso está dentro de esa definición, lo lamento mucho. Le recuerdo que la ciencia a tenido historicamente en la religión a su más grande de aliado y a su peor enemigo. Gracias por su comentario.
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