Y aquí estamos de nuevo. Pareciera un deja vu. Ya lo vivimos y no hace mucho de eso. Apenas han pasado unos cuantos años y volvimos al lugar y momento en la línea de tiempo , en la que estuvimos en el 2013 y el 2017. Con algunas pequeñísimas diferencias , pero una simetría que parece calcada. Un aficionado al arte escénico diría que se trata de la misma obra con diferentes actores y adaptada a un tiempo distinto. Apenas estábamos por salir del horrible y corrupto gobierno escogido por las caras conocidas promotores y benefactores del execrable golpe de estado del 2009, cuando empezamos a vivir la pesadilla del 2013 . Y no digo que sea execrable por quien fue depuesto sino porque amén de ser un acto ilegal , fue una demostración en las que los poderes fácticos y sus títeres nos dejaron claro que para defender su estatus y régimen de privilegios , están dispuestos a lo que sea, al final del cuento unos cuantos muertos de hambre menos que ofrenden su vida por mantener la “democracia” , bien vale la pena.
Y llegado el proceso interno eleccionario del 2013, asistimos a la primera probadita de lo que se venía. Sin el menor asomo de vergüenza , dentro del Partido Nacional se gestaba y hacía realidad un fraude monumental en contra de Ricardo Álvarez, orquestado por quien a la sazón se convirtió en el ungido de las repugnantes clases poderosas de mi pobre país. El posterior proceso general sólo fue un acto más en la obra bufa que son las elecciones estilo Honduras. Si trasladamos nuestra imaginación a Broadway, la Meca del arte escénico, en aquel momento debimos anunciar la puesta en escena de la primera entrega de la grotesca obra “El Fraude, Los votos rurales, 1.0”, de la cual la historia no aprendida nos tenía preparado, al menos un par de entregas más. Con las caras visibles del golpe de estado aglutinadas químicamente con enlaces covalentes entre sí, con los medios de comunicación corporativos y fácticos listos para la alienación necesaria, asistimos a las mil y una justificación, desde el anticomunismo en boca de los desvelados aún admiradores de Pinochet, los politólogos y analistas que saben de todo y opinan de todo, hasta llegar quizás a los más despreciables, los religiosos, miembros de la cúpula de un cristianismo que tiene más sabor a demonismo que a otra cosa, estos que tienen línea directa con Dios y que son capaces de vender hasta su madre con tal de no perder sus privilegios. Si creyera que existe el infierno , apostaría todo lo que tengo a que estos lacras se pasarían alli por toda la eternidad, aunque no se que caso haría ya que el daño que estos hijos de meretrices le han hecho a aquellos a los que el Cristo vino a consolar no se reparará con eso. Y les creímos porque somos la especie que cree que el sufrimiento es fundamental para la felicidad y que si está raza de satrapas nos somete a toda la pobreza y la expoliacion de lo que por derecho es de todos, es porque ellos son portadores del designio divino mediante el cual nuestro Dios vuelca su ira contra nosotros por nuestro mal comportamiento, como si aún no tuviéramos suficiente castigo con la desgracia de no pertenecer a las clases de sucedáneos de la divinidad los que todos los días son bendecidos con abundancia de bienes materiales. Toda autoridad es impuesta por Dios , nos dijeron y agachamos la cabeza , una vez más.
Alguna vez llegué a pensar que no volveríamos a tropezar con la misma piedra, más no fue así. En el 2017, los mismos, las mismas caras, los mismos sinvergüenzas, aparecieron nuevamente para darnos la segunda parte de la obra “El Fraude, Los votos rurales 2.0”. Por increíble que suene, los mismos argumentos , algunos actores nuevos, pero en esencia lo mismo. Los sucedáneos de Dios en nuestra desgraciada Honduras, llamándonos a aceptar nuevamente un fraude monumental, con la misma justificación del anterior fraude. Algunos se rebelaron contra la barbarie, la mayoría despojada de identidad de clase, se volvió en contra de los rebeldes y apoyo sin vergüenza a los mismos que le empobrecen para después pedirles que voten por ellos, en apoyo a aquellos por los que siempre debe de buscar lo más barato para saciar el hambre, robar energía y darle a sus hijos las pastillas que receta el dueño de la pulpería, porque no ajusta para pagar un médico. Dicho por la señora Harriet Beecher Stower, en su inclita obra la Cabaña del tio Tom, “ a menudo el esclavo al ser liberado se vuelve un peor esclavista contra su misma raza”, cuanta razón tiene. No hay nada peor que un pobre que se cree que no lo es. Pero los hondureños somos distintos, así nos lo han hecho creer, y en verdad que habría que rendirse ante la evidencia, tenemos la capacidad de negarnos ante la realidad aún cuando veamos las evidencias frente a nuestra cara. Si que somos distintos. Los mismos que por casi 50 años de supuesta vida democrática nos han mentido , saqueado y empobrecido, los mismos aparecen como los salvadores y volvemos a creer en ellos. Somos únicos , no cabe duda. Y bueno, volvimos a nuestros quehaceres diarios , aceptando que la raza maldita que maneja los hilos del poder en nuestro país, está allí porque Dios así lo quiere, y eso no lo podemos cambiar, no podemos ir contra la sapiencia divina. Al fin que para eso creemos en Dios , para poder descargar en él , todo aquello que no podemos o no queremos solucionar por nuestro propio esfuerzo. Sólo imploramos que algún el sufrimiento día termine.
Y transcurrió el tiempo, en el 2021 las cosas fueron distintas , no hubo fraude y llegamos a pensar que Dios había escuchado nuestras súplicas y que por fin en su infinita benevolencia nos libraría de la horda de leprosos expertos en fraudes y no respetar la voluntad de los votantes. Pero es que al pobre la dicha le dura poco. Llegamos a este momento en el que escribo. Diciembre de 2025 y el regreso de la maldición. No desaparecieron, estaban agazapados esperando su oportunidad. Creímos que Dios nos había liberado de esta plaga, pero no fue así. Una vez más no nos escuchó, o si lo hizo , al pesar en la balanza nuestros actos recientes encontró que nuestro comportamiento no aceptable requiere de una nueva reprimenda , más castigo , si , así es y aquí estamos. Desde hace casi un año se puso en marcha la puesta en escena de “El Fraude, los votos rurales 3.0 Recargado”. Los mismos de los anteriores estrenos, con la misma historia, y obviamente el mismo público estúpido, ese somos nosotros. Construyeron un entramado con caminatas controladas por la Confraternidad Evangélica un club de poderosos apóstatas vividores de la fe unidos con la Iglesia Católica y auspiciados por las personas más despreciables de este universo de miseria. Este fue el primer paso de la construcción de un monumental fraude otra vez. Luego dentro del organismo que dirige los procesos eleccionarios uno de los consejeros hizo público audios donde la trama del fraude quedó al descubierto. Los representantes de Dios guardaron silencio, mientras los perros de garra del sistema con los micrófonos enfrenté desacreditaban la credibilidad y autenticidad de aquellos. Según los audios el fraude estaba dirigido a que el candidato de maletín “Salvador Nasralla” fuese el ungido, habida cuenta que se veía imposible que el partido ligado a los fraudes anteriores y al saqueo sistemático de los fondos públicos por 12 años, pudiese capitalizar votos suficientes para poder derrotar a la candidata oficialista que lideraba las encuestas. Pero una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace y en política y criminalidad esto es más cierto. En Honduras político y delincuente es lo mismo, por lo tanto entre ellos no hay códigos de honor. Mientras Nasralla sentía que por fin alcanzaría el capricho de ser presidente, sabiéndose favorecido por el fraude en marcha y contando según él , con la bendición del COHEP, los sacerdotes y pastores sinvergüenzas y la venia de la gusanera anticubana en Miami, ya saboreaba y repartía el pastel al que le iba a hincar diente. Pero los designios divinos eran otros. Los astros no favorecen a Salvador Nasralla, sino a su empequeñecido contrincante Nasry Asfura. La heroína de todo este tinglado, llamada cariñosamente “cosito” , en uno de aquellos audios deslizaba como quien no quiere la cosa,que la meta era anunciar que el ganador era Nasralla y luego sostener aquella patraña, con el apoyo de la matriz mediática preparada al efecto. Pero ay, el pobre Salvita se pegó un batacazo que seguro hasta hoy le sigue doliendo todo. Tres días antes del día en que según Salvita ocurriría el evento por el cual sería elevado a la dignidad de presidente electo, el emperador Donald Trump, nos aclaró para donde correría el agua. Tildó a Nasralla de comunista, desleal y traidor, a Rixi Moncada de comunista, menos pecado que Salvador y sentenció que si uno de estos dos resultara electo, el gobierno estadounidense sancionaría todo lo que tenga que ver con Honduras. De un solo Salvita vio la realidad. Su reunión acompañada con un grupo de serviles y traidores, con la gusanera en Miami, había sido una burla. Solo un pequeño acto para el acabado final de la operación para desviar la atención hacia otro lado.
Los medios de comunicación y el COHEP se alinearon de inmediato, no conocen otro proceder, si los green-go expelen una flatulencia, a disfrutar se a dicho. Ocupados los medios en difundir la campaña de extorsión , terror y engaño, apenas dieron cobertura a las lágrimas y pujidos de Salvita. Más importante era difundir que si no ganaba “papi”, el Nerón moderno, emperador de Estados Unidos de Norteamérica no dejaría que los inmigrantes enviaran remesas a sus familiares en Honduras. Aquí la puñalada final, que sería de nosotros sin los dolarucos para los estrenos y las cervezas. Eso no papá, con eso no se juega. Fue suficiente para alterar el equilibrio. Quien dijo que no se debe intervenir e influir elecciones en países ajenos al propio. Al emperador y al imperio nada les está negado. Y aquí otra enseñanza , es tan impopular el Partido Nacional, que aún con el apalancamiento de Trump y la extorsión, aún así necesitaron el fraude. Para bendición nuestra ya aparecieron los malparidos , crápulas de la Confraternidad a decirnos que todo está bien, que ya cumplimos con ir a votar y que ahora hay que dejar a otros que nos digan quien es el ungido. No hay nada que hacer, la democracia lo vale, somos personas de paz que hemos aceptado cargar con la cruz de estos re-maldecidos, que solo debemos aceptar y pedir a Dios que nunca nos libere de estos parásitos solo comparables con las plagas de Egipto y aún mucho peor. Por los vientos que soplan todo quedará así. Y creo que es justo, ciudadanos que no son capaces de defender sus derechos, no deben tenerlos, deben perderlos. Y no debemos llorar como mujeres lo que no defendemos como hombres. Encuentro aquí dos conclusiones básicas y excluyentes mutuamente. La primera, somos tan imbéciles que votamos por los ladrones, criminales que hicieron de este país un infierno por 12 años, o la segunda es que el fraude fue más grande que los anteriores lo cual rebasa hasta mi propio entendimiento, cada vez son más descarados. Lo que queda totalmente claro es que nos volvieron a ver la cara y es que eso es lo consecuente con una sociedad ignorante y analfabeta por elección. Por allí leí hace no mucho tiempo , en una red social , el comentario de un imbécil que se quejaba porque en las escuelas se enseña la explicación del himno nacional, apoyado por un montón más , como él, que creen que esa es una brillante idea. Estos son nuestros ciudadanos , despojados de identidad y a los cuales todo les da igual mientras pueden comer de las migajas que caen de la mesa en que se sientan los dioses del olimpo hondureño a decidir por nuestras vidas. Al final todo será negociado y de repente el 24 de diciembre próximo nos dan la buena noticia que tenemos un presidente cuyo fundamento es la organización criminal más grande de centroamérica. Y mientras tanto no debemos perder la esperanza de que un día nuestro cerebro vuelva a funcionar y pongamos un alto a todo esto. Aunque no creo que los miembros del olimpo me lean, igualmente recomendare que se lean “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens, para que vean lo que les ocurre a quienes sojuzgan a los pueblos creyendo que siempre seguirán aguantando y que nunca se rebelarán. La revolución francesa es un excelente ejemplo.
Espero su opinión.
MACH

Muy bien contado. Gracias por refrescar nuestra memoria de forma tan agradable , aunque lo narrado es desagradable.
ResponderEliminarGracias a usted por leernos. A veces hay que recordar lo desagradable para no tropezar con la misma piedra.
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