La globalización del sistema político y económico.
Vale la pena empezar aclarando
que el sistema político no es lo mismo que el sistema económico, aun cuando
ambos van de la mano y coexisten en armonía. El sistema político actual, le han
denominado democracia, mientras que el sistema económico actual es el
capitalismo. Hay quienes obvian esta división diciendo que el sistema económico
es el capitalismo y que su brazo político se llama la democracia.
Como quiera que sea, a finales
del siglo XX y a inicios del siglo XXI, con la explosión de las tecnologías de
la comunicación (la www), se empezó a escuchar la frase que aludía a la
globalización de la economía, tratando de significar que a través de la red, y
con el consecuente adelanto de los medios de transporte, era posible ahora,
obtener información de sitios remotos en tiempo real, lo que permitiría la
formulación de negocios de y en todo el mundo.
Ya no seria necesario, las
esperas interminables, para conocer los productos y servicios en venta, las condiciones
y sus plazos de entrega. También se hizo posible la negociación persona a persona,
sin tener que viajar, de dos individuos situados en polos opuestos del planeta,
lo que simplifico muchas cosas que al final de cuentas dinamizarían la economía
global. Aparecieron los tratados comerciales en los que los países productores,
negociaban condiciones para sus productos y los países consumidores hacían lo
propio con los suyos.
Pero la globalización de la
economía, no es de lo que quiero hablar en este escrito. Por que a la par de la
economía se globalizo el sistema politico, con sus prácticas, y a estas prácticas es que
quiero referirme.
En el 2009 Honduras, se vio
inmersa en una crisis política, producto de un golpe de estado en contra de las
autoridades legítimamente electas, por razones eminentemente económicas y políticas.
Se dijo que se quería cambiar el modelo de gobierno para transformarlo en uno
distinto a la Democracia, léase socialista. La respuesta del mundo globalizado
en contra de este hecho, fue en lo visible una tibia condena, sin embargo en la
parte invisible, fue de un rotundo apoyo. La verdad es que lo que se peleo en
aquel entonces fue la permanencia de una raza corrupta, un poder factico, que
es el que decide lo que pasa en el país, en el poder mismo. El presidente
defenestrado amenazaba a esa raza delincuente con quitarle los privilegios que
les han permitido amasar grandes fortunas, a costa del robo al erario publico.
No diré que sus intenciones eran poner el estado al servicio del pueblo, por que
tengo serias dudas de eso.
Posterior a este suceso (el golpe
de estado), en el país se dio el hecho sin precedentes que se fundo un partido
de oposición, lo que rompió el bipartidismo y que aglutino a los opositores a todo lo
actuado en el 2009. En Honduras hay que decir que por siglos solo han existido,
hasta este momento de la aparición de un tercero, dos partidos políticos, el
Liberal y Nacional (hay otros más a los que denominan emergentes, pero solo son
instituciones de maletín que se juntan solo para las elecciones y que juntos no
representan más del 5% del electorado), quienes se han repartido la gobernanza
y son los responsables del maravilloso país que tenemos. De todos los sectores
de la sociedad, se aglutinaron en este nuevo partido político, que como
candidata a la presidencia nombro a la esposa del defenestrado presidente en el
2009.
Empezó entonces un cerco
mediático del sistema político en el poder, que comenzó a trasladar a los
ciudadanos, algunas opiniones de “especialistas”, políticos religiosos y
económicos, en los que coincidían que de ganar la presidencia y gobernar este
nuevo partido, la economía se vendría abajo, los empresarios se largarían del
país, la libertad de culto se iba a prohibir, etc., etc. Y de fuera, del mundo
globalizado, empezaron a llegar mensajes subliminales, colados a manera de
comentarios, en los que se afirmaba que de ganar esa nueva fuerza política, la
cooperación internacional desparecería. Se vendió miedo al cambio, se dijo
atrocidades y barbaridades, para denigrar a esta nueva fuerza. Estas
afirmaciones incluso fueron parte de la campaña del ahora inquilino de la
presidencia, aunque al final no fueron determinantes, ya que para llegar hasta
donde estamos actualmente, hubo que echar mano de un fraude escandaloso, que
sospechosamente fue avalado por la comunidad global.
Hace unos meses, en España al otro lado del mundo, se
han hecho públicos en los medios de
comunicación una serie horrible de casos de corrupción, de los nombrados por el
partido político en el poder, el PP. Tarjetas opacas o en B, viajes, cobros por
contratos, trafico de influencias, extorsiones desde el poder y mas, afloraron,
mediáticamente, aunque según los periodistas de aquella nación eso ha sido un
secreto a voces que todos conocían pero que nadie decía nada. La familia real
se vio envuelta en uno de estos escándalos, la Infanta Cristina y su esposo,
imputados por fraude, blanqueo de capitales y otras cosillas más.
Cansados los españoles de tanto
ladrón y de tanta impunidad cómplice (el escándalo de las preferentes y de la
poca justicia que han obtenido los afectados, es un ejemplo gigante) han
empezado a decantar sus preferencias electoreras por un grupo de “izquierda”,
denominado en el mundo político español “PODEMOS”. En una encuesta reciente
(publicada ayer), llevada a cabo por el CIS (Centro de Investigaciones
Sociológicas), la preferencia del electorado le confiere a PODEMOS, el primer
lugar por encima del bipartidismo tradicional, del PP y el PSOE.
No mas hacerse público este dato
estadístico, con el que los españoles repudian a los que les han gobernado y
robado, se ha iniciado una guerra mediática en contra de este nuevo grupo. Se
les acusa de radicales, de que no agrupan trabajadores, que son más burgueses
que los que gobiernan, y por último, les acusan de que si llegaran a ser
gobierno, caerían en la corrupción (en donde ya están los tradicionales, PP y
PSOE). Nunca han gobernado, sin embargo las gargantas asalariadas del status
quo ya les descalifican, en favor de los que actualmente gobiernan, que ya
están en la corrupción. Curioso, para evitar la corrupción, habría que elegir
de nuevo a los corruptos.
Y el mundo global también hace su
parte, su cuota de miedo para los españoles. Angela Merkel advierte que España
podría quedar fuera de la zona euro, si estos revoltosos llegasen al poder. Y
JP Morgan, el famoso banco de Estados Unidos, advierte que si los españoles
deciden un gobierno que a ellos no les plazca, dejarían de comprar deuda
española, por lo que el país podría entrar en la iliquidez con sus consecuentes
sucesos.
Que le parece. La globalización
del sistema político, actúa de la misma forma en España, país del primer mundo,
que en Honduras, país tercermundista, republica bananera, como nos llaman los
periodistas españoles despectivamente. Son los mismos pasos, es el mismo guion.
La llevada y traída Democracia, no es más que la posibilidad de elegir entre
aquellos que el poder económico mundial nos ofrece a su conveniencia. Si osamos
querer otra opción que no sea las que ellos deciden, de inmediato aparecen las
campañas de terror, amenazas implícitas incluidas. Eso pasa en Honduras desde
el 2009, se mete miedo para que los ciudadanos no les echen a patadas del
poder, y pasa ahora en España. No es muy diferente aquello, de la republica
bananera, la globalización nos hizo objeto de la misma forma de gobernar. Los
poderosos por siempre y para siempre arriba, los de abajo siempre abajo.
Cualquier otra forma, es satanizada de inmediato.
Solo hay una diferencia, que hay
que destacar en honor a la verdad, en España hay muchísima menos ignorancia,
por lo que es posible que allá les sea más difícil amedrentar el civismo
renovado, y el desprecio profundo por los ladrones que les gobiernan. En
Honduras por el contrario, todavía nos aterroriza el cadejo, la sucia y las
leyendas de Montenegro, por lo cual es más sencillo el trabajo de los medios
del poder.
Para terminar, concluir que el
verdadero objetivo de la globalización, ha sido, el mantener en el poder de
todos los países satélites de las grandes potencias, a los mismos, para
apoyarse mutuamente, en cuanto haya un asomo de rebelión cívica ciudadana, que
pretenda cambiar las relaciones políticas y económicas. Y romper este esquema,
créame usted nos llevara posiblemente a una guerra mundial, que en este caso de
manera curiosa no será entre países, sino entre ciudadanos contra el sistema
mismo. Ya paso y pasara de nuevo.
MACH.
07.11.2014
Muy buen articulo. Siga asi , escribiendo para salir de la ignorancia.
ResponderEliminarGracias por su comentario. saludos
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