El ilustrativo caso de Ana Jurka.
Muchos casos podríamos y de hecho
hemos usado a menudo para demostrar la bajeza sin limites del grupo que gobierna Honduras,
liderado por la familia Hernández, pero el caso de la joven periodista Ana
Jurka , es uno del que hace unos días queríamos escribir, y que consideramos
sumamente conveniente ya que aquí no se dirá nada nuevo a lo que ya se dijo en
medios escritos y redes sociales. Obviamente debemos hacer la salvedad, de que
la prensa y televisión tarifada han escondido este caso, solo y sencillamente
solo por que este es un retrato de cuerpo entero de la falta de ética y moral
de los que usurpan el poder en el país.
Un día cualquiera hace un par de meses,
creo, quizás un poco mas, este su servidor quien escribe me tope en la red
social Facebook con un mensaje signado por la joven Ana Jurka, quien para mi
hasta ese día era tan desconocida como millones de ciudadanos que habitan el
planeta. El mensaje en cuestión, escueto, mostraba una foto de Juan Hernández,
y al pie de la imagen la joven Jurka escribió “No suelo publicar mis opiniones sobre temas
políticos, pero este hombre (JOH) siempre me ha
dado asco y cada vez que leo más
detalles, me da
todavía más”. Lo que vino después, casi ni es necesario contarlo,
los muchachos de la bosa solidaria asignados a redes sociales, dispararon en
contra de la joven, andanadas de insultos a mejores o mas vulgares. Sirve la
aclaración que el merito de estos jóvenes no es mas que tener un léxico peor
que una fosa séptica y venderlo al mejor postor, en este caso la familia
“presidencial”. Por si alguno quiere verlo acá le dejo el enlace de la
publicación.
Realmente el mensaje a mi no me
provoco absolutamente nada, millones de hondureños sentimos lo mismo, y el
señor Hernández lo sabe, hasta diría que ya se acostumbro a ello, así que uno
mas diciéndolo en las redes sociales, no
tendría un mayor significado ni en la vida de Honduras ni en la del sujeto al
que ella se refirió.
Pero si el mensaje no fue lo que
me motivo en aquel entonces, tengo que decir, que ver la imagen agraciada, casi
inocente de la joven Jurka me llamo la atención, y el apellido. En primer lugar
no es muy común que los jóvenes hagan afirmaciones, tales, con tal fuerza y
contundencia y en segundo lugar el apellido Jurka hasta aquel entonces para mi
desconocido, no me habría sonado como la indiada hondureña. Nosotros somos
Pérez, Gómez, Rodríguez, etc. Así que intrigado decidí entender a través de la
investigación, quien es esta joven, y por que causo tanto revuelo lo afirmado
por ella y esto es como la parte culminante de esta historia por muy pocos
contada.
La joven en cuestión es una
periodista hondureña, nacida en Tegucigalpa si no me equivoco, y que hizo una corta
carrera (aproximadamente 7 años) en los medios de televisión local, presentando
programas dirigidos a jóvenes. Ana Flores es su nombre de pila, y en el 2011 se
caso con quien actualmente es su esposo, el estadounidense Joshua Jurka , del
que ahora queda claro tomo su apellido la joven periodista. Nuestra encantadora
y talentosa joven, se muda con su esposo a los Estados Unidos, donde supongo
por su talento es contratada por una afiliada de Telemundo y posteriormente por
la cadena NBC, donde se convierte en presentadora para la cadena de un programa
de deportes. Los que se desenvuelven en el mundillo de la televisión entienden
bien el significado de trabajar para una afiliada o en la cadena.
Así que un día la joven Jurka que
conoce la miseria endémica en que vivimos la mayoría de hondureños, convence a
su suegro Peter Jurka ,un medico retirado , de recolectar ayuda y medicamentos
para traerlos a Honduras para ayudar a los pobres compatriotas, los que Ana
Flores conoce muy bien y que Ana Jurka no ha olvidado.
Llegados a Honduras con el
donativo , atendidos en el gobierno de Porfirio Lobo, tanto el suegro como la
misma Ana fueron testigos , como lo recolectado fue distribuido en bolsas a las
que se le pegaron afiches de Juan Hernández, para ser usados como uno mas de
los regalitos de la campaña política a los famélicos hondureños. De más esta
decir el disgusto de ese momento, ese que se reflejo en el comentario del facebook
al que más arriba nos referimos.
Pero descontenta o no, esta joven
y su suegro se empeñaron en ayudar a los hondureños que menos tienen por que
los políticos corruptos y ladrones les
han robado lo que les pertenece, y buscaron una nueva vía, una nueva carretera
para establecer el flujo de los medicamentos y la ayuda , que tan seguros
estaban los hondureños necesitaban a gritos. Ponen una clínica exclusivamente
de ayuda, y a través de esta evitan que Hernández haga política con lo que no
es suyo y garantizan que lo recolectado llega a los sujetos de interés, los más
necesitados.
Pero aquí viene la conclusión. El
dictador no perdona, y no importa si se trata de un opositor político, locutor
de radio, vendedor de mangos o niños comiendo dulces, no importa quien sea, si
se atreve a cuestionarlo, lo perseguirá implacablemente aun si esta persecución
usa armas inmorales, lo único que le importa a la “familia” es que se debe
ejemplarizar contra todos aquellos que exhiben al dictador , sobre todo cuando
se regodea por lo que el llamara triunfos, para nosotros , vergonzosos actos
indignos de quien se dice haber sido electo por los hondureños.
Los militares, acompañados de
fiscales, le rompieron a patadas las puertas de la clínica del señor Peter
Jurka, sin mostrar ninguna orden de allanamiento, se mofaron del señor Jurka, y los activistas
que siempre acompañan estos hechos profirieron insultos en contra de Ana y su
esposo. Hubo que cambiar llavines y repara lo dañado por esta caterva de
estúpidos, que porque portan un arma y un
uniforme se olvidan que son pobres, descienden de pobres y sus
generaciones futuras seguirán siendo pobres merced a los que hoy les ordenan
que ataquen a quien el único pecado que cometió fue ser sinceros en cuanto a lo
que sienten y que sentimos una inmensa mayoría de los hondureños.
Los hondureños que se han
beneficiado de los medicamentos y las atenciones del señor Jurka, que se vayan
al diablo, a esos hay que darles bolsas solidarias para hacerlos mas miserables
cada día, para que sus hijos , carezcan de oportunidades y al no poder educarse
tengan que ir a dar al ejercito , único lugar donde merced a tener un arma en
las manos se sienten alguien y lógicamente se vuelven contra sus mismos, los
pobres, para que la bendición de la esclavitud y la servidumbre a favor de los
ladrones sea perpetuada.
Si el señor Jurka decidió irse de
Honduras y abandonar su altruista labor a favor de los necesitados del país, lo
ignoro, si la joven Ana Jurka y su esposo van a tirar la toalla, igualmente lo
ignoro, sin embargo el gesto desinteresado de esta familia , nos ha servido una
vez mas para desnudar con quien estamos tratando en Honduras, y créanme que ningún
epilogo para este articulo se me ocurre ahora, hasta a mi me cuesta describir
una bajeza tan descomunal, y si ya retratamos al sujeto en cuestión , hace
falta retratarnos a nosotros mismos y
convenientemente encontré por allí esta
frase : “El símbolo sería ese ciudadano medio cargado de paquetes que está
dispuesto a tragar con cualquier bajeza política o
moral con tal de seguir consumiendo hasta el final de sus días.”
Saludos.
MACH
13.06.2016
Antes pensaba que los que escribian asi , eran resentidos sociales. Hoy al evaluar las actuaciones de ese señor Hernandez , yo mismo pienso como los que califique como resentidos sociales.No creo que llegue a haber un gobernante peor y mas corrupto que este.
ResponderEliminarMe alegra haber conseguido en usted una reflexion que haya cambiado su forma de ver los hechos. Le agradezco su comentario,saludos.
EliminarTanta bajeza que está bajo el tapete, en nuestras narices pero oculta.Muy buen artículo .Saludos
ResponderEliminarMuchas veces toda la bajeza es encubierta por un sistema de medios de comunicacion aliados con la corrupcion, que en consecuencia no difunden lo que les es perjudicial.Gracias por comentar.Saludos
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