El nuevo orden mundial y la esclavitud perpetua
El año 2020 trajo consigo la declaración por parte de la OMS de la pandemia provocada por un virus de la familia de los coronavirus al que nombraron como Covid-19 para indicar la familia y el año en que fue descubierto el virus en cuestión.
Con la declaratoria de pandemia, de
inmediato aparecieron en el universo de las redes sociales, un sin número de explicaciones,
teorías y conspiraciones que siempre terminan con escenarios apocalípticos
inspirados por algunos profetas de la antigüedad y algunos de esta época. Las explicaciones,
algunas con algo de seso otras mas disparatadas que la misma palabra, disparate,
pero hechas circular por la internet, se convirtieron en verdades para los
ávidos internautas, que ven un video y se creen todo lo que allí se diga. La
verdad que es más fácil creer en algo que cuestionarlo, porque cuestionar
llevaría implícito, conocer, investigar y en fin poner a trabajar las neuronas,
cosa sumamente difícil en los tiempos que vivimos.
Es así como muchos ven esto como una
señal del “fin del mundo”, otros como un esfuerzo de los comunistas chinos para
quedarse con el mundo “democrático” liderado por los gringos, otros como una
creación infernal con el propósito de atacar a los miembros de las iglesias,
algunos hablan de invasión extraterrestre espiritual y otros que dicen que todo
es parte de un proyecto económico y político de calidad planetaria, al que se
han dado a la tarea de llamar “el nuevo orden mundial”.
De este ultimo es que hablaremos en
estas líneas. Es muy fácil hablar de un nuevo orden mundial y creer que esto es
algo nuevo que nació hace un par de años de las mentes iluminadas de los
politólogos y economistas de por estos días. Sin embargo, un repaso a la
historia podría llevarnos a la conclusión inequívoca de que no hay tal “nuevo orden
mundial” y que el fenómeno que vivimos solo es un cambio de piel para un orden
económico y político que siempre existió.
Al inicio de los tiempos en que los
humanos aparecen sobre la faz de la tierra hace unos, entre 5 y 7 millones de
años. Por aquel entonces y por algunos millones de años adelante en el tiempo, el
hombre vive solo, al principio es nómada y solo permanece en un lugar el tiempo
que dure el alimento. Recuérdese que para este tiempo el hombre ni siquiera era
capaz de usar el fuego, por lo que su dieta básica estaba constituida de frutos
y tubérculos. Pasada la estación productiva de determinados frutos había que
partir hacia otro lugar donde hubiera comida para sobrevivir.
Muchísimo tiempo después de los
albores de la humanidad, el hombre entiende que usando el fuego se puede
adicionar a la dieta otro tipo de alimentos, con ello nace la cacería y el ser
humano paulatinamente se vuelve un ser sedentario y social, ya que esta (la
cacería) era más productiva cuando se hacía en grupo. Al cazar en grupos
empiezan a haber excedentes, los territorios con mayores productividades se
vuelven mas apetecidos ya que tener comida era estar en un lugar privilegiado
con respecto a otros grupos. Aquí nace el trueque, o el dinero, mejor dicho, y
nace la propiedad privada.
Y de allí al esclavismo no debió
pasar mucho tiempo. Los que tenían los mejores lugares y más productivos, se
llamaron amos, los que no tenían nada, esclavos. Ese fue y sigue siendo el
orden mundial que ha dominado y gobernado el mundo hasta hoy. El sistema
esclavista duro lo que la inconformidad por el abuso y la injusticia tardaron
en germinar. Y allí nace lo que muchos llaman un nuevo sistema económico y
político, el feudalismo, que no es mas que el esclavismo disfrazado, el amo se
convierte en señor feudal, avalado por el sempiterno socio de la injusticia, la
iglesia. Y el cambio enorme que ocurre es que le dicen al esclavo, eres libre,
pero no tienes nada, ni donde vivir, ni donde sembrar, ni con que alimentar a
tu familia, pero eres libre.
El esclavo al no tener para donde
ir, se ve obligado a quedarse en el feudo, trabajando para el que antes era su
amo, y hoy es su patrón. Y de nuevo la semilla del abuso y de la injusticia
crece. El feudal paga lo que quiere y vende todo al ahora hombre libre, al que
apenas si le alcanza lo que consigue para mal vivir, que no vivir. Una vez mas
el descontento produce “cambio” y el feudalismo un sistema ideado tan injusto
como su predecesor, da paso al capitalismo. En el capitalismo el antes amo,
luego feudal, se convierte en empresario. Y la iglesia continua al lado del
sistema como un socio disfrazado. El antes esclavo, luego hombre libre pasa a
ser el obrero. Y si el esclavo, solo tenia su fuerza de trabajo, el hombre
libre al servicio del feudo, solo tenia su fuerza de trabajo, en el capitalismo
no cambia nada, el obrero solo posee su fuerza de trabajo.
Y volvemos a empezar y se nos dice
que hemos dejado la esclavitud por que ahora a través del brazo político del
sistema, llamada democracia, elegimos autoridades para que nos gobiernen lo que
es totalmente falso. El orden mundial elige a los que quiere y después nos
dicen que debemos escoger a uno de ellos. Si escogemos el ungido no hay
problema. Si no escogemos al que exactamente ellos ya decidieron que debe ser,
pues sencillo, nos imponen al que es y punto. Y en la practica el capitalismo y
la democracia han demostrado que para lo único que sirven es para acentuar la
desigualdad entre los amos y los esclavos, entre los hombres libres y los feudales,
entre el capitalista y el obrero.
Y donde quiera que vayamos
seguiremos siendo obreros algunos pocos disfrazados de clase media, los otros
obreros por calificativo, no entendiendo que todo el que vende su fuerza de
trabajo a otro es de si un obrero.
Y llegado este momento la serpiente mudará
de piel nuevamente, como se llamará no lo sé, pero si tengo claro que aquello a
lo que llaman nuevo orden mundial, solo será un nuevo maquillaje para mantener
el orden que nació con la propiedad privada. Seguimos siendo esclavos y aun no
lo tenemos claro.
MACH
02.11.2020
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