Cada fin de año
Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se
asciende a la libertad.
Diego Luís Córdoba
A veces yo mismo me pregunto por
qué solo comento cosas que considero que son incorrectas y yo mismo me respondo
, que debe ser por el deseo que tengo , de que esas cosas cambien, para bien
del colectivo hondureño o al menos en su mayoría. Un amigo me dijo el otro día
que los escritores, y no es que yo sea uno de ellos, “tienen la obligación de plasmar las ideas que todos vemos y que por
qué no podemos o no sabemos cómo darle forma, no escribimos”. Y
comentar cosas buenas, para mí no tiene sentido, ya hay suficientes que se
encargan de destacar todo lo “bueno” que ocurre, y en mi opinión ensalzar lo
“bueno”, que no es sinónimo de reconocer, no trae cambio, y muchas veces hasta
provoca retroceso.
Diego Luís Córdoba
Acaban de llamar a mi puerta un
par de agraciadas jovencitas, que al preguntarles en que podría ayudarles, me
respondieron: “Va a querer tacos en
paquetes”. De inmediato a esta pregunta me percate que las jóvenes estaban
vestidas con unas camisetas, playeras, pullover o como usted quiera llamarle,
en la que se podía identificar, el nombre de una “institución educativa” y las chicas entre las dos levantaban algo que
nosotros llamamos, hielera o heladera portátil.
Les pregunte por que andaban
vendiendo eso, cual es el objetivo. Me relataron que este asunto de la venta de
tacos, forma parte de la microempresa, porque van a graduarse de bachilleres en
Administración de Empresas, y esto es una exigencia. Por que eligieron hacer
eso? Bueno las opciones además eran,
producir tajaditas de plátano, juguitos para congelar, gelatinas comestibles o
productos de limpieza, y esto le iba a tocar a cualquiera.
Y como les va, como
funciona? Somos un grupo. Unos llevan la oficina, ellos son los administradores.
Otros son los que hacen los tacos y los embolsan, ellos son los de Producción.
Y nosotros somos de Ventas. Y ustedes hacen esto por qué? Es un requisito. De esto nadie vive ni hace
dinero, contesto la más comunicativa de ellas.
Ustedes saben que el año pasado
otro grupo de compañeros suyos que se iban a graduar, hicieron lo mismo que
ustedes? Si, lo sabemos. Y alguno de
ellos hoy ha continuado con el negocio de la venta de tacos? No. Ya le dije que
esto no sirve. Se gana mejor en la maquila.
Cada año por todos los que me
acuerdo desde que apareció la carrera de nivel medio, de “Administración de
Empresas”, nos encontramos en las calles al fin del año lectivo, a jóvenes
uniformados vendiendo las mismas cosa, tajaditas de plátano, desodorantes ambientales,
tacos, gelatinas y papaditas de esas.
Y aquí surge mi inconformidad: Es
posible generar riqueza teniendo estas actividades comerciales. De hecho en el
mercado hay grandes cadenas de producción y suministro de comidas, de
desodorantes ambientales y productos de limpieza, las que tienen acaparado el
negocio y con las cuales es sumamente difícil competir por no decir imposible.
Pero por que seguir en una
propuesta de negocio como proyecto para graduarse que a los mismos
participantes les causa tedio, que ni ellos mismos creen en ello y que por
donde se ve es una pérdida de tiempo. La razón es que los educadores, son
personas con poca o casi ninguna formación, incapaces de producir ideas nuevas,
o si no pueden al menos buscarlas. La raza humana en esto de las necesidades y
las compras, somos comparables al océano. Peces de todos colores, todos
tamaños, todos los estilos, diversas necesidades.
Y por qué no explorar en aquellas
áreas de negocio no convencionales. Somos un país eminentemente agrícola
todavía, y estoy convencido que el sector agrario tecnificado sigue siendo el
mejor lugar para generar riqueza y porque no, hacerse rico. Porque no una
microempresa agraria para producir, procesar y terminar sacando al mercado un
producto nuevo, fresco y por sobre todo de nuestra propia invención, que es lo
que al final permitirá que estos jóvenes salidos de allí no terminen de
“bulteros”(Los que trabajaron en la maquila entenderán mejor este término),
sino mas bien que le den continuidad a ese negocio.
Y por qué no explorar, para
mencionar dos rutas posibles de negocios, la Internet, fuente hoy de los
negocios mas significativos del mundo. De hecho mencionare que Facebook, la red
social, es la empresa cuyas acciones se cotizan más altas en la bolsa de New
York. Miles de millones de personas en la web, de posibles compradores, de
oportunidades de crear negocios. Pero tampoco, los encargados de enseñar a
estos jóvenes a ser empresarios, tampoco ven en la web, lo que yo veo. Y es
normal, en el subdesarrollo en que vivimos, ni los que están obligados a cargar
una computadora de collar, no lo hacen. La mayoría absoluta de los que dicen
ser maestros en Honduras, no tienen computadoras y menos acceso a Internet.
Y de qué preocuparse, si por ejemplo,
los regidores y alcaldes de Honduras que son los que deciden por nosotros,
tampoco tienen una. Y cuando usted les quiere enviar un correo electrónico, le
dicen “envíamelo al correo de mi hijo” para que el me lo abra. Los que
deciden y los que forman, no evolucionaron a la par de la tecnología y el
conocimiento. En nuestro medio los jóvenes que obtienen un titulo de
“Bachilleres en Computación” en mayoría no saben ni encender una computadora,
porque solo las conocen en fotos o dibujos. Créame, hace 30 años ser Bachiller en Ciencias y Letras era para
mí un orgullo. Hoy ante el miedo que crean que soy del mismo lote de producción,
mejor no lo digo. Prefiero que piensen que nunca estudie, al final es igual,
mínimo conocimiento.
Y que se necesita para cambiar esto,
compromiso, reinventar el proceso, capacitarse
y sobre todo muchísimo esfuerzo. Pero pedir esto, es pedir peras al
olmo, a sabiendas que el olmo no produce peras. Seria pedirle a un “maestro”
mal pagado ,en el caso de las instituciones privadas, que además de “trabajar”
12 horas al día parado frente a los educandos, para ganar trescientos lempiras
al día , dedicara ocho horas más en el
día para profesionalizarse. Esto es
imposible! Conozco algunos que “sirven” cátedra en instituciones privadas que
los sábados y domingos, venden libros en la calle, tacos en sus casas,
productos de belleza por catalogo y algunas otros loables sub empleos como para
conseguir complementar el bajo salario que reciben por su función en esas
instituciones “educativas”.
Y los “maestros” de las públicas,
para ellos también es imposible. En su mayoría se desempeñan en dos Institutos
o escuelas en los que solo dan clases 90 días al año, lo demás algunos en las
calles peleando que les paguen y otros solidarios a través del televisor en las
salas de sus casas. El resultado el mismo, no clases, no esfuerzo, no
evolución, no conocimiento. Es más fácil vender tajaditas de plátano y hacerles
perder a estos jóvenes los mejores años
de su vida, desperdiciándolos en proyectos que cumplen un requisito, y que le
causan a nuestro país un daño irreparable.
Así las cosas parece que,
mientras transcurren nuestros años, seguiremos viendo a nuestros jóvenes
vendiendo tacos en las calles, y sentenciando a nuestro futuro a ser, como
nuestro presente. Y para cerrar, están deliciosos los tacos.
MACH.
11.10.12
Tiene razon. esod e la microempresa es pura mentira.
ResponderEliminarGracias por comentar.
EliminarMuy buen comentario, aunque no sirve de nada.
ResponderEliminarEscribiendo no se cambia nada.
Gracias por tu comentario.
Eliminar