Bofetada
La crisis política que existe en lo profundo de nuestro país, es
sumamente preocupante, y nos está
llevando a la extrema pobreza moral. Esta pobreza moral nos exige hacer una
reflexión sobre las causas que están ocasionando esta crisis moral. Sobre todo producto
del análisis, encontrar nuevas formas y estrategias políticas que puedan
solucionar la pobreza moral que nos agobia. Precisamente en este tema tratamos
de reflejar el origen de donde se inicia los errores de un mal gobierno y la
razón del por qué no pueden evitarse el desgobierno y los escándalos políticos
que agudizan más la pobreza moral, razones por las cuales estamos llegando una
extrema crisis moral. Por eso, el planteamiento fundamental de este artículo es:
"elegir al candidato por su vida moral y no por sus promesas".
El sistema de elección democrática que tradicionalmente se viene
realizando en nuestro país, tiene varios errores que deben ser materia de
análisis, ya que esta forma de elegir no ha dado buenos resultados y ha causado
descontento en el pueblo por sus resultados, malos gobiernos. En ese sentido,
vamos a detallar estos errores con ánimos de exponerlos, corregirlos, y sobre
todo para que se hagan conocidos por los votantes y los mismos candidatos al
gobierno.
En principio, estos errores se evidencian desde que los partidos y
movimientos políticos, inician sus campañas políticas con gran entusiasmo, pero sin medir, la
efervescencia del momento, exagerando sus promesas, con el propósito deliberado
de generar esperanzas en la sociedad. El
error está en prometer algo que no se ajusta a la realidad del país, que se
sabe imposible de cumplir y cuando asumen al gobierno quedan como mentirosos,
engañadores y como es natural, ahora el pueblo lo traduce tratándolos de lo que
son, corruptos.
Esta crisis ocasiona dos problemas sociales muy graves. Primero, trae
descontento e insatisfacción a la sociedad que tuvo esperanzas en su gobierno. Segundo,
trae la incredulidad y frustración que ciega casi en su totalidad a la
población y pierde toda confianza en su
gobierno, y esto hace mucho daño a la democracia. Aquí el problema ya es
político, porque el gobierno va perdiendo legitimidad en su mandato por cuanto
el pueblo ha dejado de respaldar a su gobierno y las acciones que este pudiera
tomar.
Si hacemos un análisis más exhaustivo, nos daremos cuenta que un pequeño
error, enciende casi todo el país en problemas que se convierte en un obstáculo
para el desarrollo social, económico y político del país. En ese sentido, es
muy importante buscar solucionar este problema que básicamente está en la
conducta moral del gobernante.
En realidad todo está en la vida moral del político, es decir, que el
candidato al poder debe ser un político con principios y valores, para que
tenga conciencia de la condición pobre de la mayoría de la población y sea
veraz en sus discursos, capaz en verdad de responder a los problemas de esta
clase relegada y la mayor cantidad de veces ignorada. De esta manera no habrá
espacios para las falsas promesas que obedecen a la mentira premeditada como
recurso para engañar a sus electores.
En todo
caso, el candidato al poder debe centrar su discurso en la verdad y nada más que en la verdad y sobre esta base realizar
sus campañas tratando de ajustar sus argumentos en los valores de vida, que
son: la verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía y el
respeto a la vida. Solo de esta de esta
manera no se burlara al pueblo, se evitaran las promesas exageradas, fuera de
contexto y en general concebidas con el propósito único de engañar.
Otro error
en las elecciones tradicionales es, el gasto sobredimensionado que hacen los
candidatos a la presidencia y a la alcaldía en su campaña electoral. Estos
gastos son totalmente cuestionados, no por egoísmo, sino por la lógica de la
intención que desafía nuestra razón. Por ejemplo, cómo se explica que un
candidato a la alcaldía, realice una campaña que sobrepasa los dos millones de lempiras, cuando como alcalde solo va a
ganar durante sus cuatro años de gestión, con suerte, la misma cantidad. Esto
prácticamente es una burla para el pueblo, porque es muy claro ¿de dónde va a
recuperar lo que ha invertido en la campaña?¿Cual será su ganancia después de 4
años? ¿Qué esperan obtener de este candidato los que le aportan los fondos para
la campaña, si el mismo con lo que devengara, si devolviera todo ese dinero, no
tendría un centavo, ni para comer, ni para nada?
Los gastos
que se realizan en las campañas políticas son desproporcionados, en algunos
casos se gastan tres veces o más de lo que va a recibir en el cargo que va a
desempeñar. El pueblo se pregunta ¿qué hay detrás de esto? Su razonamiento es
que tiene que apelar a actos reñidos con la ley, en muchos casos, para
recuperar lo invertido en la campaña. La matemática no engaña, dos más dos
siempre son cuatro. Si esto es así este tipo de política, es inmoral, y lo peor es que hace muchos años que
se repite lo mismo, y nadie protesta, cosa mucho más grave todavía.
Otro error
en las elecciones tradicionales, tiene que ver con las elecciones internas que
se realizan en los partidos políticos para elegir a sus representantes donde
deben participar las bases democráticamente.
Mayormente
dentro de los partidos políticos no escogen a sus representantes sean alcaldes o diputados en
elecciones limpias y democráticamente hechas, sino que estos puestos son
ocupados según los cupos de quien da
más. Es decir, que no se escogen a los más capacitados que sobresalen en
aptitudes especiales, sino que se escoge al que paga más según el cupo establecido. Esto no es algo
privado, todo el mundo lo sabe, lo que pasa es que no nos hemos percatado que
este error trae consecuencias horribles , porque invertimos el orden natural
que debería guardar la política de nuestro país. Esto significa, que el orden
natural exige que un gobierno deba estar dirigido por hombres inteligentes y
sabios, con el fin de tener una buena administración en los asuntos del estado.
Pero si se ponen candidatos incapaces, entonces la consecuencia lógica es el
desastre que desde años nos esclaviza y cada día nos hunde más.
Evitar estos
errores es sumamente fácil, pero al mismo tiempo es muy difícil. Es difícil,
porque al principio los candidatos a puestos públicos no quieren reconocer que
la moral es para toda persona y no sólo para los tontos y fracasados. Sin
embargo, es demasiado fácil cuando el hombre inteligentemente reconoce que si
moraliza su vida entonces podrá contribuir de la mejor manera en el orden
social.
En
principio, quienes desean aspirar a un cargo político, deben saber que existe
un principio que regula el orden del comportamiento humano, que dice: "a mayor responsabilidad, mayor es el
sacrificio".
Principio elemental que nos enseña, que quienes quieren asumir un gobierno,
tiene que tomar conciencia que su entrega al trabajo traerá mayor sacrificio. Es
decir, que tendrá que despojarse de toda actividad vana, costumbres, pasiones,
sentimentalismo y toda cosa que no se ajuste a la moral y que pueda perjudicar
su gobierno. Además, al despojarse de toda actividad ajena al trabajo, podrá
tener más tiempo para dedicarse exclusivamente a hacer un buen gobierno. Cuando
un gobernante tiene una vida fundamentada en la moral, nunca pierde de vista lo
que dice un sabio consejo: "que ha
sido elegido para servir al pueblo y no servirse del pueblo".
Otro error
garrafal que cometen los aspirantes al gobierno es: carecen de humildad, tienen una personalidad soberbia, con
actitudes arrogantes y llenos de orgullo. Este error, prácticamente garantiza
un fracaso seguro en el gobierno, porque mostrar posturas soberbias antes de
ser algo, significa que después de ser elegido se creerá un dios, que puede
hacer lo que le da la gana, sin escuchar ni tomar en cuenta a nadie. Este es el
derrumbe total de todo gobierno, porque el aparentar ser un dios, siendo un
desorientado por falta de moral, un corrupto, no merece, ni debería, ser
respaldado por nadie.
Cuando hablamos de elecciones mas justas, nos referimos que todas las
actividades que realizan las agrupaciones que aspiran al poder, deben estar
fundamentadas en la moral. Solo de esta manera se podrá tener un buen inicio
para tener un buen gobierno. En ese
sentido, los votos deben estar basados en la moral, es decir, la población debe elegir a su candidato, según la
calidad de vida moral que lleva,
sobre todo, de quienes lo acompañan al gobierno. Ningún candidato debería ser
el resultado de un fraude electoral. Este último es muy importante, porque de
esta manera uno puede saber qué clase de personas están eligiendo. Aquí cabe el
refrán: "Por el habito, se conoce al
monje".
Sin embargo,
creemos que para realizar unas elecciones más justas se debe tomar en cuenta la
ideología de los partidos que aspiran a ser gobierno. Es decir, que por lo
menos debemos tener una noción de la intención que busca cada institución en
contienda. Si esta ceñido a la verdad
y si tiene base moral como para
consagrarse como una buena opción para potenciar el estado. En este caso, se
puede verificar en sus planes de gobierno la intención que tienen para mejorar
la sociedad, moral, cultural y económicamente.
En todo plan
de gobierno se debe dar énfasis al
control y auditoria de los recursos del estado, es decir, al margen de que los órganos de fiscalización deben ser
autónomos, estas autoridades deben ser designadas por el poder legislativo, que
no pertenezcan al gobierno elegido, incluso podrían depender del poder judicial o de la Sociedad Civil
no alineada.
Dentro de un
plan de gobierno, se debe proponer que las promesas no cumplidas, deben ser
materia de vacancia obligatoria, y debe estar establecida por ley. Se debe
proponer que todos los cargos públicos deben ser renunciables, y que nadie es
indispensable en un cargo público. Se debe exigir que cada promesa que hagan
los candidatos a un cargo público lo realicen por escrito y firmado en
presencia del pueblo con obligación legal de cumplimiento.
Esta actitud
reflejaría mayor madurez de acción cívica y más confianza en la calidad de vida
de cada candidato. De esta manera se evitaran suspicacias y vivezas de aquellos
que actúan irresponsablemente y que prometen el cielo y la tierra mientras están
en campaña, pero una vez hechos gobierno olvidan todas y cada una de aquellas
promesas.
Reconocemos
que esto es solo parte de unas elecciones justas, probablemente una utopía en
Honduras, pero en la parte estructural moral, tomar en cuenta estas pequeñas
cosas nos servirían para evitar fracasos en el futuro, como los que tenemos hoy,
por no tomar en cuenta que para elegir un candidato lo primero que debemos
valorar, es la moral que muestre en su vida pública y privada.
MACH
26.04.13
Es una chabacanada propia solo del señor Pepe Lobo.
ResponderEliminarSolo falta que un dia nombren a Arturo Corrales , el papa catolico.
Gracias por comentar.Saludos.
EliminarA Arturo Corrales solo le falta que agarre la seleccion de futbol como tecnico.
ResponderEliminarAprecio mucho su comentario.Saludos
EliminarEs una Burla total.
ResponderEliminarAprecio su comentario.Gracias por seguirnos.
EliminarEl mayor problema de nuestro pueblo es que todavia no despierta , y sigue creyendo lo que le dicen que van a hacer ,los que no lo han hecho estando en el gobierno ya.
ResponderEliminarSi no entendemos que el partido Liberal y Partido nacional, lo que buscan es que todo siga igual, no podremos nunca salir de la miseria en que vivimos.
Me gusta mucho este blog, sigan asi.
Gracias por comentar.
EliminarSaludos.